jueves, 11 de julio de 2013

El ejecutivo ideal

Cuantas veces escuchamos a mucha gente sobre las condiciones y competencias necesarias para el acceso a este o aquel puesto de trabajo.

Pero… ¿Cuáles deberían ser las condiciones generales que debe reunir todo funcionario que desempeña un cargo directivo?

En el ambiente criollo, se establece sabiamente que debe “tener el conocimiento de un europeo, el pragmatismo de un norteamericano, pero con el ingenio de un latino”.

Evidentemente, la vieja Europa es tierra de hombres cultos que en épocas pasadas deslumbraron en las artes y ciencias. Hoy Europa presenta el más alto índice de escolaridad y gran parte de sus jóvenes generaciones completan dos a tres carreras universitarias a temprana edad.

La instrucción es tan importante, que sus autoridades han propiciado estudios al respecto, llegando a una inobjetable conclusión económica y social:

…”Un año de escolaridad produce un incremento del 1,1% en el PIB. Si se calcula sobre el desarrollo de una generación, es decir, 25 años, se conseguiría un índice hipotético de crecimiento del 32%". Son datos ofrecidos en la Universidad de Navarra por Mario Mauro, vicepresidente del Parlamento Europeo y ex presidente de su Comisión de Educación. 

Si estos resultados son válidos para el contexto social,

¿cómo no van a ser ciertos para un efectivo dirigente de grupo?

Por otra parte, en toda organización social o empresa, se requiere un análisis desapasionado y cierto, que brinde resultados económicos reales, tales como los que se han obtenido en la historia de la sociedad norteamericana, por el seguimiento conciente o no, de las ideas de Willam James, filósofo que defendía como criterio válido para juzgar toda situación sus efectos prácticos, es decir dando prioridad a los resultados positivos.

Por último, las siempre cambiantes condiciones sociales y económicas, hacen que el ser instruido y de razonamiento práctico no sea suficiente, ni el plano personal y peor aún en los cargos dirigentes. Por lo que un atributo imprescindible para un ejecutivo moderno que siempre está vendiendo algo o dirigiendo a otros, proviene de la forma de ser latina, es decir dinámica ante las adversidades, de marcada personalidad optimista y con un irresistible buen humor que la hace atractiva hacia otras personas, inclusive de otras culturas.

Como puede concluirse, los requerimientos o competencias mínimas exigidas generalmente, sólo aluden a lo superficial, dejando de lado lo realmente importante que es el poseer cultura general, capacidad de análisis, ingenio y creatividad.

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