Equilibrar los objetivos económicos y los ecológicos requiere que los actuales patrones de producción, distribución y consumo, deban revisarse y rediseñarse. Esto implica desarrollar estrategias ambientales que permitan por un lado, a las empresas nacionales competir en los mercados internos y externos, tanto por la calidad y precio de sus productos, como por su eficacia en el uso racional de los recursos naturales, energéticos y materias primas, así como por su desempeño ambiental, por otro lado que permitan al país un desarrollo económico, social y ambiental sostenible.
En este sentido, la eficiencia y responsabilidad empresariales son un instrumento eficaz para establecer acciones conjuntas con gobiernos y sociedad civil, a fin de atenuar el impacto de los sistemas productivos en el medio ambiente.
La adopción de prácticas ecoeficientes, en todas las actividades económico-productivas, debe ser vista como una oportunidad para hacer negocios, abrir nuevos nichos de mercado y asumir la responsabilidad empresarial hacia el ambiente.
El reto de alcanzar un desarrollo sostenible nos enfrenta al doble
desafío de reducir o prevenir la contaminación y al mismo tiempo, mantener el crecimiento económico, mejorando la calidad de vida de las personas
En este contexto, “los bonos de carbono” (instrumento económico contemplado en el protocolo de Kyoto) constituye un mecanismo internacional de descontaminación para reducir las emisiones de gases contaminantes de efecto invernadero al medio ambiente, por un lado, de “incentivos económicos” para que empresas privadas contribuyan a la mejora de la calidad ambiental y se consiga regular la contaminación generada por sus procesos productivos, considerando el derecho a contaminar como un bien canjeable y con un precio establecido en el mercado; y por otro, como una alternativa de inversión para aquellas empresas de los países desarrollados, que no tienen la posibilidad de implementar en sus territorios estas medidas, y que pueden comprar los bonos que se generen en países en vías de crecimiento, donde se apliquen Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDL), o bien pueden invertir en este tipo de iniciativas cumpliendo con las cuotas de reducción comprometidas, ya que de
lo contrario se arriesgan a pagar importantes multas.
En este sentido, “los bonos de carbono” compatibilizan los resultados económicos con la problemática del desarrollo sostenible, ya que la aplicación de MDL incorpora necesariamente tecnologías que contribuyen al desarrollo sustentable del país, y por el otro, implica ingresos importantes de dinero que permite a las empresas viabilizar el desarrollo de proyectos de inversión que de otra manera no se podrían llevar a cabo, contribuyendo así al crecimiento económico del país
El éxito para las empresas, radica en mejorar sus niveles de productividad, competitividad y rentabilidad provocados, en un caso, por la adopción de nuevas tecnologías que permiten maximizar el valor agregado de los productos, minimizar los costos de producción, incrementar las ventas, mejorar la imagen corporativa al obtener la aprobación y gozar de prestigio en su comunidad. También debería ser por el aprovechamiento de los Parques Nacionales para fomentar el turismo ecológico, y que a la postre se traduce en el crecimiento económico de las empresas, y en consecuencia, del país.
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