Los avances de la denominada “Era de la Información”, representan verdaderos cambios revolucionarios en la forma de hacer negocios en el mundo, de ejecutar procesos, y de tener presencia en los mercados, por tal motivo, los paradigmas tradicionales de las PyMEs deben ajustarse, con la intención de adecuarse a las innovaciones tecnológicas, informáticas y de comunicación que surgen día a día, y así de asegurar un lugar en este ámbito tan competitivo.
Cualquier proceso dentro de una empresa, depende para su buen funcionamiento, de tres factores fundamentales, el humano, el tecnológico y el de control; el primero de ellos tiene que ver directamente con el proveedor de información al proceso, es quien alimenta al sistema, lo programa, obtiene resultados, y los interpreta.
El segundo se refiere a la infraestructura tecnológica de información y comunicación, encargada de ejecutar el proceso, y en función a las indicaciones y programación del usuario, se puede contar con el sistema más avanzado, pero si el sistema es manejado inadecuadamente, los resultados serán errores, por tal motivo.
Su tercer elemento tiene que ser un proceso de control, que se encargue de supervisar que el elemento humano y tecnológico, interactúen adecuadamente entre si, y puedan generar información útil y acertada para la organización.
Es muy importante entender que la tecnología por sí sola, y que por muy avanzada y desarrollada que esté, depende todavía de la intervención humana, por tal motivo, cualquier proceso sistemático y automatizado, implementado en la organización, debe estar acompañado de un adecuado programa de capacitación al usuario, pues el éxito de la implementación de cualquier sistema, depende de su adecuado manejo, por eso es importante señalar que en una PyME, la inversión en tecnología, incluye además una inversión en capacitación.
Los beneficios generados por una adecuada inversión en tecnología, son muy justificables, por tal motivo, para una PyME, este tipo de decisiones debe ser el resultado de un estudio de necesidades y que se adecúe a los objetivos deseados, de esta manera se garantiza que la inversión tecnológica cumplirá con su propósito, el cual se reflejará en una eficiencia en sus procesos y en el cumplimiento adecuado de sus obligaciones fiscales y contables.
El apoyo tecnológico ahorrará tiempo y minimizará los errores que se pudieran ocasionar por procesos manuales, este tiempo debe ser aprovechado para el análisis de los resultados obtenidos, y para que se puedan tomar decisiones más estudiadas y fundamentadas.
El mercado ofrece una gran variedad de sistemas y tecnologías de administración, que pueden ser adquiridas con gran facilidad, sus plataformas de interfaz entre usuario y equipo están lo suficientemente desarrolladas para que su manejo sea intuitivo, pero es importante recordar que toda implementación tecnológica, debe estar acompañadas de un buen programa de capacitación.
La PyME de hoy, debe ser una organización moderna y competitiva, eficiente en sus procesos y preparada para operar e interactuar en tiempo real con todo su entorno, tener presencia en los mercados electrónicos y virtuales, mantener una estrecha comunicación entres sus clientes y proveedores, gestionar adecuadamente su tesorería con las instituciones financieras, cumplir con sus obligaciones tributarias y de seguridad social, generar información financiera oportuna y confiable, así como para lograr todo lo anterior, debe apoyarse en la tecnología y en los sistemas de información, los cuales ayuda a solventar los retos a los que se enfrenta actualmente el sector PYME.
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