En el universo de la publicidad antitabaco hemos visto ya casi de todo, pero una campaña lanzada recientemente ha tenido el poder de sorprendernos. Y es que es de todo menos convencional.
La campaña en cuestión lleva la firma de la organización Truth y trata de disuadir a los fumadores de su poco saludable hábito comparando los componentes de los cigarrillos que tanto les gustan con algo muy familiar pero también profundamente escatológico: la caca de perro y el orín de gato.
Y es que la caca de perro y la orina de gato tiene ingredientes en común con los cigarrillos: el metano y la urea. Para poner de manifiesto este “parecido”, Truth instaló dos envases gigantes de caca de perro y de pis de gato en las calles e instó a los transeúntes a votar cuál de los dos “parecidos razonables” del tabaco les resultaban más desagradables. Y a usted, ¿qué le parece más repugnante que los cigarrillos compartan componentes con la caca de perro o con el orín de gato?
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