domingo, 29 de junio de 2014
La química entre franquiciatario y franquiciante
Antes de tener un negocio juntos, ambas partes deben asegurarse de tener una buena relación y la misma visión de negocios.
Para bien o para mal, y esperemos que para mucho tiempo, una relación de franquiciante-franquiciatario será como un matrimonio. Toma en cuenta que en la mayoría de los casos, será una convivencia de más de 10 años y que, a pesar de que al momento del cortejo el franquiciante ponga una cara amable, debes ver más allá y averiguar qué es lo que realmente lo motiva y lo hace enojar.
La relación puede comenzar como un matrimonio arreglado, con ambas partes sabiendo muy poco sobre el otro, o incluso nada, pues sorprendentemente, la mayoría de las personas que adquieren una franquicia eligen un negocio en una industria que desconocen.
Si tienes el lujo de conocer bien al franquiciante o al giro, entonces ¿cómo puedes asegurar el éxito? Primero debes encontrar la franquicia correcta y para lograrlo, debes ser racional, escéptico, tener la cabeza fría y estar enfocado en la debida diligencia. Pero también debes involucrar al corazón, ya que debes engancharte a una marca que alimente tu pasión empresarial.
Descubrir cuál es tu franquicia ideal será también una prueba de tu visión para los negocios. Y es que si por ejemplo eres una persona a la que le gustan los perros, no significa que te vaya a gustar tener una franquicia de cuidadores de perros. Tu amor por cierto tipo de negocio no debería influir en la realidad de tener y manejar del día a día de una empresa.
Por otro lado, es vital que como franquiciatario estés consciente de las responsabilidades que enfrentarás antes de iniciar operaciones. Si adquieres una franquicia B2B (business to business), considera que como dueño vas a pasar mucho tiempo vendiendo, así que debes ser una persona con experiencia o que se sienta confiada para aprender los procesos necesarios para vender.
La buena comunicación y tener un diálogo abierto entre ambas partes desde las etapas más tempranas del cortejo también son cruciales para tener una sociedad exitosa. Esto permitirá que tanto franquiciantes como franquiciatarios se sientan cómodos entre sí.
Un espíritu de cooperación también es clave para asegurar relaciones más duraderas en el mundo de las franquicias. El común denominador es tener un franquiciante que vea a sus franquiciatarios como socios iguales, no como una relación de empleador-empleado. Además, el franquiciante debe entender que tiene múltiples clientes: sus franquiciatarios, los empleados de su franquicia y los consumidores de su producto o servicio.
Reconoce los focos rojos
A veces está claro que una relación está destinada a fallar, pero otras no es tan obvio. Cuando llega el fracaso, no es a menudo por cosas que se pueden descubrir por adelantado si se hace bien la tarea de investigación.
La falta de comunicación clara y sincera de un franquiciante es una bandera roja. Lo mejor es tener un franquiciante que enfrente los problemas, admita los errores cuando sucedan y de inmediato tome acción. Eso es lo que solidifica las relaciones.
Pero ojo, si algo sale mal, no solamente será su culpa. Las cosas también pueden fallar si como franquiciatario no cumples tus responsabilidades diarias para mantener al negocio. Los imprevistos como una compra o cambios en el liderazgo de la empresa también pueden provocar que la relación franquiciante-franquiciatario se termine.
¿Qué puedes hacer para disminuir las probabilidades de fricción en el camino? Haz preguntas sobre el equipo líder, sus estrategias de salida, sus planes de transición y acerca de qué pasaría si hay una compra.
A menos que seas una Kardashian, no puedes tomar una mala decisión que te lleve a un divorcio. Pero si estás al tanto de por qué algunas sociedades prosperan y otras no, es más probable que formes una relación que se mantenga unida en las buenas y en las malas.
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