A pesar de que ayer hubo una ligera caída del peso frente al dólar, el futuro de la moneda mexicana se observa con optimismo por diversos economistas. En lo que va del año la divisa local ha ganado 3.26 por ciento frente a la estadunidense, y se espera que mantendrá una apreciación.
El tipo de cambio se depreció ayer 0.09 por ciento, al cerrar la jornada en 12.4504 pesos por dólar, en su modalidad interbancaria 48 horas reportado por el Banco de México. Ello se debió al rechazo de Chipre a aplicar impuestos confiscatorios a sus ahorradores, lo que levantó incertidumbre acerca del rescate de este país con un sistema bancario al borde del colapso.
Carlos Capistrán, economista en jefe para México de Bank of America (BofA) Merrill Lynch, afirmó a Excélsior que el potencial de crecimiento de México permite prever que el tipo de cambio se seguirá apreciando en lo que resta del presente año y hasta 2014, por lo que la paridad podría llegar el próximo año por debajo de los 12 pesos por dólar.
Precisó que su grupo financiero prevé que el tipo de cambio cerrará en 12.20 pesos por dólar este año, y que para 2014 en 11.80 pesos por dólar.
“Este tipo de cambio sería posible, porque en la medida que se sigan dando las reformas, esto implicará mayor inversión hacia México y esto es lo que nos dará una apreciación de la moneda”, enfatizó.
Joel Virgen, subdirector de Análisis Macroeconómico y de Mercados de Banamex, explicó que su grupo financiero estima que el tipo de cambio se revalorará para fines de año y que llegará a 12.30 pesos por dólar.
Explicó que esta previsión de apreciación del tipo de cambio contempla todos los avances en materia de reforma fiscal, en la parte energética, un eventual aumento de calificación crediticia hacia la segunda mitad del año y el papel que está jugando, así como el alcance del potencial, de la aprobación de la reforma a la ley de telecomunicaciones.
A pesar de estas alzas que podrían afectar las exportaciones mexicanas y afectar el mercado interno con importaciones de productos y materias primas, “México no tiene previsto medidas para frenar el avance del peso”, señaló la semana pasada el subsecretario de Hacienda, Fernando Aportela, en una entrevista conBloomberg.
La plática se dio en el marco del anuncio del Banco de México sobre una baja en la tasa de interés en México, donde Aportela dijo que el tipo de cambio flexible ha estado trabajando muy bien durante años.
¿Conveniente?
Jonathan Heath, economista del IMEF, explicó que dependiendo del sector en que esté una empresa en México, conviene más una apreciación o una depreciación del tipo de cambio.
“Los exportadores prefieren una moneda débil, porque así pueden vender más, ya que resultan más baratas las mercancías mexicanas. Por el otro lado, quienes tienen la necesidad de importar mercancías o materias primas, prefieren un peso fuerte, ya que les resultan más baratas las importaciones”, agregó el especialista.
Raúl Feliz, profesor investigador del CIDE, explicó que los inversionistas prefieren que la moneda mexicana se aprecie, ya que esto les genera un rendimiento adicional que es muy competitivo en comparación con lo que existe en sus países, ya que ganan por la elevada tasa de interés y por la apreciación cambiaria.
Otros analistas, como Gabriel Casillas, economista en jefe del Grupo Financiero Banorte IXE; Ernesto O’Farril, director de Estrategia de Actinver; y Miguel Ángel Corro, director del Departamento de Economía y Finanzas del Tecnológico de Monterrey, ven en el peso fuerte una contribución a reducir las presiones inflacionarias, pero coinciden en que resta competitividad a las exportaciones.
Explicaron que la apreciación del peso frente al dólar es reflejo de la confianza de los inversionistas extranjeros en la economía mexicana, así como de la entrada masiva de capitales a nuestro país, la cual fue estimulada por la baja en la tasa de referencia recién anunciada por el Banco de México (Banxico), así como mejoría en la perspectiva de calificación otorgada por Standard & Poor’s a nuestro país.
“Un peso fuerte ayuda a mitigar las presiones inflacionarias, a pesar de que el traspaso de la paridad del tipo de cambio a los precios ya se ha reducido en los últimos años”, dijo Casillas, al advertir que, por otra parte, “deteriora nuestra competitividad internacional”.
Al respecto, O’Farril comentó que la depreciación del dólar frente al peso abarata las importaciones, lo que obliga a que los precios internos se mantengan relativamente estables y contribuye a una inflación relativamente baja y sin cambios.
No obstante, coincidió en que, por otra parte, le pega a las exportaciones, lo que según Miguel Ángel Corro podría provocar y reflejarse a través de un déficit en la balanza comercial de México con el exterior.
Alzas y frenos
Carlos Capistrán, economista en jefe para México de Bank of America (BofA) Merrill Lynch, reconoció que “lo que siempre es difícil en los mercados, es estimar un poco cuando ocurren las cosas, exactamente qué día se van a dar y, bueno, lo que sucede es que se están dando ahora. Hay alza por las futuras reformas que se han anunciado, y la prensa internacional ha estado sacando muy buenos reportes sobre México”.
Agregó que BofA Merrill Lynch estima un crecimiento para la economía mexicana de 2.8 por ciento para este año, y de 3.5 por ciento para el próximo.
“El problema en 2013 es fundamentalmente por el choque fiscal en Estados Unidos. La economía norteamericana tendrá una menor alza, de 1.4 por ciento, y esto afectará el desarrollo financiero de México. De hecho, ya lo hemos estado viendo en datos que desde diciembre han venido un poco débiles”, agregó el especialista.
Efectos
1.- En caso de que se aprueben las reformas estructurales este año, la confianza en invertir en el país podría crecer aún más y aumentar el valor del peso frente al dólar.
2.- La reforma a la ley de telecomunicaciones sorprendió a los analistas, quienes esperan aún mejores expectativas en caso de que se apruebe esta semana en el Congreso.
No se van capitales foráneos
Joel Virgen, subdirector de Análisis Macroeconómico y de Mercados de Banamex, expuso que los abultados flujos de capitales constituyen un riesgo para los mercados emergentes. Sin embargo, si los inversionistas tuvieran que decidir en este momento de qué nación salir de forma agresiva, este país no sería México, ya que es probable que primero salgan de algunos países de Asia o de las economías que no están llevando a cabo reformas estructurales.
“Los abundantes flujos de capital por supuesto que implican un riesgo para todos los mercados emergentes que han recibido influjos importantes en los últimos años. Pero yo ubicaría más el centro de gravedad de esos riesgos en Asia, en mercados que han recibido flujos de manera masiva y que ya muestran señales de burbujas en algunos de sus mercados internos.
“Estaría en términos relativos menos preocupado por el caso de México, que está en una fase anterior a este tipo de economías, a pesar de que se han recibido influjos importantes”, manifestó.
La gran diferencia, agregó Virgen, es que México también está respondiendo con cambios estructurales, caso que no están haciendo buena parte de los mercados emergentes que están también recibiendo flujos de capitales importantes.
“Reitero, si a la hora de decidir dónde te vas a salir, México no sería la primera opción.”
Pros y contras de la fortaleza
Para los analistas hay factores que benefician económica y comercialmente al país, pero también desventajas.
- Los exportadores prefieren una moneda débil, porque así pueden vender más, ya que resultan más baratas las mercancías mexicanas.
- Quienes tienen la necesidad de importar, prefieren un peso fuerte, ya que les resultan más baratas enviar sus productos a otras naciones. Sin embargo, esto afecta la competencia local.
- La depreciación del peso abarata las importaciones, lo que obliga a que los precios internos se mantengan relativamente estables y contribuye a una inflación relativamente baja y sin cambios.
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