viernes, 1 de febrero de 2013

RFID, la polémica tecnología para armar bases de datos


Esta tecnología tiene a Disney en el ojo del huracán por la privacidad de datos.

MyMagic+ de Disney es un brazalete que acompaña a los visitantes de los parques de diversiones y que busca elevar la interacción y las ventas. ¿Se vale?

Uno de los mayores temores respecto a la relación entre el ser humano y la tecnología es que se empleen dispositivos que archiven y analicen información derivada de lo que hacemos, y que ésta se utilice con fines de lucro.
Con la expansión de mercado de tecnología móvil y el robustecimiento de las ventas en línea, se ha diseñado algoritmos que son capaces de crear bases de datos enormes en las que se pueden definir perfiles de consumidor con los datos que los propios usuarios proporcionan.
Tiendas como Amazon o empresas como eBay y Google han logrado identificar perfiles de consumidor muy precisos, y encaminan sus esfuerzos mercadológicos en base a ellos. Sin embargo, hasta ahora esta tendencia se había dado casi exclusivamente en el ciberespacio.
Pero estos modelos de acumulación de datos personales ya están dándose en el mundo análogo, de carne y hueso, con el uso de dispositivos que son cargados voluntariamente por los usuarios.
Tal es el caso del recién anunciado sistema MyMagic+, que consiste en un brazalete que registrará todos los movimientos de los visitantes a los parques de Disney. El MagicBand  –como se llama el dispositivo– servirá como tu llave de hotel, tu boleto de estacionamiento y también puedes emplearla para realizar todos tus compras. A lo largo del parque habrá siluetas de Mickey Mouse por las que se pasará el brazalete.
Este brazalete se coordinará tanto con una app para dispositivos móviles, como con el sitio My Disney Experience.
Así lo reporta el “The Disneyland Geek” en YouTube:



Este ambicioso plan, según estimados de los analistas, tiene un costo de entre $800 y $1,000 millones de dólares y pone a Disney en el ojo del huracán, ya que recolectará datos personales muy precisos que luego servirán con propósitos de mercadotecnia.
¿Por qué tal o cual niño saludó a Mickey pero no a Donald? ¿A qué hora comen la mayoría de los visitantes, qué prefieren ordenar las personas provenientes de tal o cual país?
Hay varias cuestiones éticas que surgen, sobre todo en lo concerniente al uso de niños para recolectar información, como lo indica un artículo reciente en The New York Times.
Pero Disney no es la primera empresa en emplear esta tecnología, conocida como RFID (Radio Frequency Identification), con estos fines.
La compañía administradora de parques acuáticos Great Wolfe Lodge lleva ya algunos años administrando la visita a sus parques con ella. Hay ciudades como Moscú y Melbourne en las que dispositivos de RFID son también usados a manera de boletos para identificar patrones en los trayectos y para tornar más eficientes los métodos de pago.

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