FUENTE DE: http://zonadeemprendedores.bligoo.com.mx
Alejandro Reyes Rodríguez creció junto al olor y al ruido de las locomotoras, acompañando a su padre maquinista por distintos lugares del país. Para él nunca resultó una obligación eso, sino que más bien le fue creciendo una pasión por todo lo que tenga que ver con los ferrocarriles.
Con su padre ya jubilado, y observando un día su enorme colección de locomotoras de juguete, pensó que quizás existía otra gente con su misma pasión, y que podía crear un ámbito para que puedan encontrar artículos de interés. La Casa del Ferrocarril abrió sus puertas hace unos siete años, con la expectativa de ofrecer a los fanáticos de los trenes, todo tipo de locomotoras y vagones a escala que uno se pueda imaginar.
El éxito encontrado con las locomotoras, lo hicieron a Alejandro abrirse un poco hacia pasiones similares. Hoy, la Casa del Ferrocarril vende también modelos a escala de autos, aviones, autopistas y barcos de marcas como Roco, Atlas, Genesis, Vollmer, Faller, Revell, Tamiya, Testors e Italeri, que son de las más reconocidas en el mercado. De igual forma se pueden encontrar libros, pinturas, maquetas, calcomanías y demás accesorios.
Para Alejandro, el fanatismo que él mismo siente por la cosas que vende, son una de las claves más importantes del éxito de su tienda: “Cuando un cliente llega, se le brinda una asesoría gratuita de modo que no sólo se le venda el producto, sino se le muestra de qué forma puede disfrutarlo mejor”, explica.
Este tipo de negocios tiene la contra de que el público al cual se dirige es muy acotado y de escaso crecimiento, pero por otro lado, también es cierto que la competencia es casi nula y la satisfacción de llevar tu propio hobby a un negocio rentable, vale más que unos cuantos miles de pesos extra.
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