En su tinta: el hombre que tatuó a toda la farándula argentina cuenta los secretos de un oficio en el que cada día se negocia con el arte y el dolor
Desde el punto de vista artístico, el tatuaje es una maravilla capaz de convertir una espalda en un lienzo. No por nada ya en las civilizaciones antiguas se procesaban las vivencias extremas usando un punzón sobre la piel a modo de pincel, un pigmento natural como pintura y la piel como soporte…
Mariano Antonio, el tatuador preferido de la farándula argentina, es un técnico contactólogo que devino en rey del tatoo, construyó un imperio de la decoración de la piel y dice que el suyo es puro oficio: “Aprendés porque te lo enseñan. Cuando arranqué, mi viejo pensaba que me había vuelto loco… y hoy labura conmigo”, afirma. Dueño de dos locales de American Tatoo en la galería Bond Street y de un edificio de cuatro pisos “en donde la gente se customiza por completo”, su vínculo con los pigmentos empezó veinte años atrás, cuando llevaba una temporada trabajando de encargado en una empresa de electrónica. “Dejé ese trabajo y, mientras estudiaba de noche, le empecé a meter fichas a esto. Primero, en el playroom de la casa de mi papá. Arranqué ahí, armándome un estudio. Mi primer local lo abrí recién en el ´92, cuando no abundaban los locales exclusivos para tatuajes. No existían ni las habitaciones ni los locales de este tipo”, repasa. Mariano tiene 38 años, un marcado look rockero y la habilidad de manejar con exquisitez una máquina tatuadora que, para los que no saben del tema, bien podría ser confundida por un torno de dentista, con un aguijón en la punta.
Comenzó tatuando amigos del mundo del rock, y lentamente se fue corriendo la voz. Su mayor orgullo, dice, es haber tatuado a Diego Maradona, y que sueña con tatuar a su padre y, en un futuro, a sus dos hijos.
Un joven empresario exitoso, que supo hacer de su arte y su talento un gran negocio, que no para de crecer y que lleva su marca distintiva en la piel de cada cliente, de por vida… toda una marca registrada!
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