miércoles, 24 de octubre de 2012

El arte como negocio


Está en el imaginario de mucha gente que el arte no es negocio. Hasta muchos de los grandes artistas de la historia debieron esperar a morirse para que sus obras se vendieran por millones. Yuri Zatarain, artista plástico mexicano, ha podido hacer del arte algo rentable… muy rentable.

¿Cómo lo hizo? Antes que nada dividió su negocio en dos mercados distintos. Por un lado, vende en una galería obras exclusivas, piezas únicas para exigentes, a un valor alto cada una. Y por otro lado, creó la marca Pretta para comercializar obras en serie, a precios más económicos, para decoración de hogares. Con esta doble variante, el pintor vende unas 1500 piezas por semana.
Con el correr del tiempo, Yuri se dio cuenta que en realidad, las dos variantes de venta se retroalimentaban entre sí. Al introducir sus diseños masivamente a través de Pretta, sus obras originales cobraban aun más interés y se publicitaban.
Al hablar sobre el éxito de sus ventas, Yuri reconoce el trabajo en equipo: “Sé que yo soy la parte más importante del proyecto porque soy el creativo, pero sin el aporte y el trabajo de mis socios que se ocuparon de vender la idea, no hubiese llegado a facturar lo que estamos facturando hoy”.
Y gracias a esa visión comercial que supo aportarle a la parte artística, Yuri no se queda en los laureles ya conseguidos sino que va por más: está por lanzar una nueva marca, “Feel by Yuri Zatarain”, dedicada al diseño de interiores para hoteles, un nicho que cree poder explotar bien con el nombre propio ya instalado internacionalmente.

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