FUENTE DE: http://zonadeemprendedores.bligoo.com.mx
Hay una frase popular que dice que la imagen no es nada, pero en el caso de Emily Mange, la imagen fue la herramienta que hizo crecer a su negocio hasta límites insospechados.
Cuando Emily se propuso abrir su primera cafetería, tuvo en claro cuál sería su elemento distintivo: “Quiero que nuestros cafés expresos sean una obra de arte, que estén servidos como ningún otro”. Y así fue como sus primeros empleados tuvieron que hacer un curso de dos meses para aprender el método artístico para preparar y servir los cafés. Y lo hacen tan bien que es una verdadera pena darle el primer sorbo a un café pedido en Intelligentsia Coffee & Tee, porque se desarma la artística de la presentación.
El desafío llegó cuando Intelligentsia fue creciendo y se abrieron nuevas sucursales, además del café que le vendían a otros restaurantes de todo Estados Unidos. “Tener toda esta presentación del arte del café y la destreza del empleado es algo difícil de inculcar en tantas tiendas, pero eso es lo que nos distingue de nuestros competidores”, explica Emily.
Actualmente, Intelligentsia cuenta con más de 700 restaurantes, tiendas de alimentos gourmet y bares de café expreso que ofrecen sus productos, además de las dos tiendas minoristas propias, tiendas que piensan extender pronto. Además, a raíz del curso que deben sí o sí realizar los empleados de la cafetería sobre la preparación del café, tres de esos trabajadores han llegado a las finales del United States Barista Championship (Campeonato de Baristas de Estados Unidos).
En un mercado tan competitivo como el del café en los Estados Unidos, Intelligentsia decidió que la imagen era mucho. Suficiente como para posicionarse entre las mejores tiendas de café del país.
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