miércoles, 3 de abril de 2013

PPP, el nuevo motor para acelerar la economía

América Latina sólo captó 10% de la inversión en energías renovables del 2011, según Bloomberg.
Los Proyectos-Público-Privados impulsan jugosos proyectos como la construcción de plantas de energía renovable en México, país líder en PPP.

La inversión privada en proyectos de infraestructura tiene una influencia cada vez más mayor en varios países y América Latina no es la excepción. México aprobó la Ley de Asociaciones Público Privadas en 2011, tras lo que la Presidencia publicó en su página oficial: “Solamente así México podrá superar el rezago en la competitividad de su infraestructura con relación a otras economías emergentes”.
Desde la construcción de los “segundos pisos” en el Valle de México, que han contado con la participación de empresas como OHL o la constructora de Carlos Slim, a las más de 28 concesiones para construir carreteras en todo el país, que han captado inversiones superiores a los 85 mil millones de pesos (mdp), la empresa privada participa en decenas de proyectos de prestación de servicios (PPS) que son, al mismo tiempo, PPP (Proyectos-Público-Privados).
En otros países de la región, como Brasil, empresas privadas y públicas construyen de estadios, hoteles, carreteras y trenes para acoger el Mundial 2014 de futbol y los Juegos Olímpicos 2016. Mientras que sectores como el de las energías renovables son apuntalados por este esquema de inversión.
Mapa de PPP en América Latina
Un estudio de The Economist divide a los países latinoamericanos y caribeños en cuatro categorías, en función del grado de adopción de los PPP. Según el reporte, ningún país se encuentra en una fase de “madurez”, en donde buena parte de los proyectos de infraestructura son PPP, aunque en ese rubro sí se ubican naciones como el Reino Unido y Australia.
Sin embargo, Chile, Brasil, Perú y México lideran, en ese orden, la adopción de PPP en América Latina y se encuentran en una fase “desarrollada”, al igual que naciones asiáticas como Japón o Corea del Sur. Tras ellos, se encuentran los países “emergentes” en materia de PPP, entre los que figuran Panamá, Costa Rica, Colombia y Uruguay, entre otros otros. Por su parte, en la fase “incipiente”, o menos desarrollada están Argentina, Venezuela, Ecuador, Nicaragua, Paraguay y la República Dominicana.
¿Por qué son diferentes?
La estabilidad económica y el buen clima de negocios, apuntalado por una simplificación de trámites para abrir nuevas empresas, importar y exportar, obtener permisos de construcción y una mayor seguridad de cumplimiento de contratos, son aspectos clave para fomentar la inversión privada en infraestructura. Sin embargo, el marco legal es un factor muy relevante. 
En Perú, nuevas leyes obligan a las empresas a consultar con los líderes de pueblos indígenas los planes de proyectos de infraestructura. Mientras que en en Ecuador y Venezuela, aunque también en Argentina, hay leyes que restringen la participación de empresas privadas en este tipo de proyectos, considerados de interés público.
En México, la tendencia es hacia la apertura. El Fondo Nacional de Infraestructura y el Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras) son dos de las instituciones responsables de la financiación de PPP, mientras que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) fomenta la captación de inversión privada.  
El reporte de The Economist señala que México ha mejorado su puntuación desde 2010, lo que lo ubica en el cuarto puesto del continente, gracias, en parte, a la apertura por parte de las agencias gubernamentales a trabajar de forma conjunta o a recibir asesoría de empresas privadas.
Casos concretos de PPP
La granja eólica de Arriaga, en Chiapas, fue financiada al 100% por capital privado proveniente de Grupo Salinas y Grupo Dragón. Este PPP generará más de 28 MegaWattios de energía por año.
Otro proyecto público privado es el del depósito de basura Bordo Poniente en el que el Gobierno del D.F. otorgó licitaciones a empresas privadas con el objetivo de transformar los desperdicios en energía, a través del procesamiento de gas metano. De esta forma, se conseguirá, además,  vaciar un depósito que ya había alcanzado el máximo de su capacidad.
En Chile, el Gobierno concedió 7.2 millones de dólares (mdd) a un proyecto para generar biocombustible a partir de algas en un proyecto en el que participan la Empresa Nacional de Petróleos (ENAP), en conjunto con la Universidad de Los Lagos y la empresa privada Bio Arquitechture Lab.
Así, las energías renovables son uno de los sectores con mayor oportunidad de crecimiento, a través de los PPP, pero hay otros, como la construcción de carreteras. Según Bloomberg, América Latina sólo captó un 10% de los 260 mil millones de dólares (mdd) invertidos en  ese sector durante 2011, pero ese porcentaje puede aumentar  con el desarrollo de proyectos similares a los de la granja de Arriaga.
Cooperación, la clave del crecimiento 
No obstante, el éxito de los PPP depende de la cooperación entre stakeholders (inversionistas, poblaciones locales, clientes, gobiernos y ciudadanos, entre otros actores interesados) pues ésta resulta fundamental para determinar la viabilidad medio ambiental y social de los proyectos, más allá de la rentabilidad económica. 
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