miércoles, 24 de octubre de 2012

Sam Zell, de emprendedor a oportunista profesional



amuel Zell es la otra manera de hacer negocios. Fue el emprendedor del éxito comercial a partir del fracaso de otro, transformándose en el restaurador perfecto de los fracasos ajenos. Desafiando las leyes del debe y el haber se jacta de armar con vidrios rotos la obra de arte que luego será admirada y comercializada inclusive por sus detractores.

Pasó su infancia en Chicago, adonde se establecieron sus padres polacos que huían de la Guerra que había estallado en el viejo continente. Muy pronto el padre de Sam, Bernard, acortó el apellido de la familia Zielonka a Zell, y nada más cambiaría en el destino empresarial de Samuel “Sam” Zell, quien se propuso como meta demostrar que en el desafío está el cambio a positivo. Premisas que expone en los programas que implementa a través de su fundación Lurie Institute for Entrepreneurial Studies a la que arriban emprendedores de todo el mundo deseosos de seguir sus pasos y donde Zell se anima a conferenciar sobre tecnología y desarrollo.
Este magnate mundial de los negocios inmobiliarios está, según el ranking de la revista Forbes, en el puesto 52 entre las personas más ricas de Estados Unidos. Su última inversión ocurrió hace muy poco tiempo y tuvo que ver con el mundo de los medios. Lejos de pensar que la época de oro de los mass media ha pasado, apostó a Tribune Group, líder mediático en Estados Unidos.
Conocido como Grave Dancer, y lejos de ofenderse por semejante apodo, ha hecho un culto de ello, poniendo en la puerta de su despacho un hombre bailando en una sepultura.
Ejecutivo cuya fortuna antes de Tribune rondaba los 5.000 millones, supo ver la renta del error logrando de la adversidad su propio y gran emprendimiento. Para él a partir de allí todo es posible.

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