En el estudio Redefiniendo horizontes. Tendencias de capital humano 2013, Deloitte destaca que desarrollar un nuevo estilo de liderazgo es una de las preocupaciones más importantes de los 1,300 líderes empresariales y ejecutivos de Recursos Humanos en 59 países de las principales zonas económicas –incluido México– entrevistados.
Esto ha redituado en tendencias que favorecen la coparticipación de las decisiones importantes dentro de una compañía. Por ejemplo, empresas que fomentan involucrar a las comunidades se distinguen de sus competidores por su capacidad de ser incluyentes dentro y fuera de la organización. Además, ser socialmente activo acarrea muchos beneficios, como clientes leales y empleados más felices.
En este renglón destacan casos de firmas como American Express, Comex, Google o Walmart, donde los empleados pueden entrar en diálogo con los gerentes y directivos, y hasta convivir con ellos sin importar el tamaño de la compañía.
Este tipo de comportamientos también puede redituar a largo plazo. De acuerdo con la consultora Delivering Happiness at Work –que trabaja para marcas como Facebook, Cisco, Hewlett Packard y Audi–, un trabajador feliz aumenta su creatividad hasta en un 300%, por ejemplo, además de ser 88% más productivo.
Pero ser un líder exitoso significa ser bueno en lo que haces y tener integridad. Sobre todo, se trata de tu habilidad para construir relaciones sanas con otras personas, particularmente con aquellas que trabajan para ti.
Como emprendedor eres visto de manera diferente que cuando eras mánager o un colega en un trabajo tradicional. Sobresales para obtener lo máximo del éxito de la empresa, y es más fácil para tus colaboradores creer que tienes mayor interés en el negocio que en ellos. Recuerda que tu éxito es primordial, aunque no lo único que debe de priorizarse.
Existen cuatro claves para no perder la admiración y el interés de tus empleados:
1. No trates a las personas como transacciones. Durante mi primer trabajo real al salir de la universidad, me sentía encantado de tener mi propia asistente. Era una mujer muy capaz y competente; realmente me agradaba. Un día, mientras un cliente visitaba mi oficina, cometí el error de presentarla diciendo: “ella es Teri. Trabaja para mí”. La respuesta de Teri me hubiera servido mejor en privado, pero su punto fue muy válido: “trabajo contigo, no para ti”.
No tenía intención de faltarle al respeto con mis palabras; sin embargo, éstas sugirieron que Teri era un medio y no un fin, y además que yo estaba “por encima” de ella. Si bien técnicamente ella me reportaba, la diferencia entre trabajar “para”, a trabajar “con”, es crítica. La primera puede hacer sentir a la persona conquistada, mientras que la segunda hace referencia a la colaboración.
Piensa muy bien en la forma en la que nombras y te refieres a tus colaboradores. Enfócate en la reciprocidad: busca maneras en las que puedan alcanzar sus metas personales y profesionales, en tanto te ayudan a alcanzar las tuyas. Demuestra aprecio por aquellos que voluntariamente han decidido trabajar contigo.
2. Invierte en aquellos que valoras. La principal prueba de cuánto valoras una relación es cuánto tiempo, interés y apoyo estás dispuesto a invertir en ella. En lugar de preguntar: “¿qué has hecho por mí últimamente?”; cambia la perspectiva y pregúntate: qué has hecho tú últimamente por aquellos que realmente valoras.
A continuación, una manera de invertir para generar mayores dividendos: identifica el potencial en un empleado que él mismo no haya reconocido aún. Por lo general, la gente está ciega sobre sus propias habilidades y potencial, y los buenos líderes no sólo reconocen estas fortalezas, sino que ayudan a desarrollarlas.
Hace unos años, el gerente de mi oficina gastaba mucho tiempo en nuestro sitio Web y plataformas tecnológicas. Esto coincidió con un evento en Las Vegas que sabía le daría a un miembro de mi equipo información clave para mejorar su desempeño. Ir a Las Vegas para el evento fue un gasto extra (seminario y viaje), el cual pagué con gusto. A su regreso, mi gerente estaba mejor capacitado para el trabajo y motivado al saber que estuve dispuesto a invertir en su éxito.
3. Involúcrate, pero conoce tus límites. Puedes trabajar en la misma oficina con las mismas personas todos los días y aun así estar ausente porque estás demasiado sumergido en tus preocupaciones. Una política de puertas abiertas no significa nada si no detienes lo que estás haciendo el tiempo suficiente como para prestar atención a quien la cruza.
¿Cómo puedes hacer esto? Proponte hacer check in con cada empleado todos los días. Eso significa hacer una simple y muy sincera pregunta: “¿cómo van las cosas?” Escucha y, de ser necesario, busca información que puedas usar para ayudar a tus empleados. Identifica las frustraciones que están sufriendo, las oportunidades que han encontrado y evalúa su energía y compromiso hacia el trabajo. Esto, por ejemplo, le funciona perfectamente a Marc Busain, CEO de la cervecera regiomontana Cuauhtémoc-Moctezuma.
Sabrás que estás administrando en pequeño, si pasas más tiempo diciéndole a alguien cómo hacer las cosas que en clarificar lo que se tiene que hacer. Dales a las personas la libertad de alcanzar los mejores resultados a su manera.
4. Muestra tu gratitud. He escuchado múltiples quejas de empleados que se sienten menospreciados por su jefe. Aunque nunca he sabido de alguien que se queje cuando es reconocido o recompensado demasiado. Tampoco comprendo por qué muchos jefes y emprendedores le tienen miedo a dar un reconocimiento verbal (y público). No temas excederte. Te conectarás con las personas más profundamente cuando reconozcas lo mejor que hay en ellos.
Aquí una forma poderosa de mostrar aprecio: cuando obtengas retroalimentación de un cliente acerca de alguien en tu equipo que hizo un gran trabajo, pídele su permiso para grabarlo. Después, pon la grabación en la siguiente reunión con tus colaboradores. Hay más poder en una expresión de un cliente que haciéndolo tú mismo.
Conseguir que tu negocio crezca con éxito significa hacer todo lo posible para que tu equipo quiera trabajar bien por tu causa. Eso quiere decir conectarte con los empleados de una manera significativa.
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