Información de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra) indican que la disponibilidad de acero es limitada, ya que los fabricantes nacionales están concentrados en proveer a la industria de la construcción. De ahí que las armadoras importen acero de Estados Unidos, China y Alemania, países con una alta producción de vehículos.
Un estudio de la Asociación Latinoamericana del Acero (Alacero) alerta sobre una grave crisis de la industria metalmecánica en México y América Latina, ramo que representa casi 70% de la manufactura nacional.
“Las inversiones de este ramo manufacturero van en caída y de no ser por la actividad automotriz y de productos de transporte, que acapara 86% del nuevo capital invertido por la metalmecánica en México, este sector estaría estancado en materia de nuevas inversiones”, señala el investigador Germano Mendes de Paula, quien efectuó el estudio a encargo de la Alacero.
El Centro de Desarrollo de la Industria Automotriz en México estima que los empleos que se generarán en México en los próximos años seguirán siendo, en su mayoría, para obreros, técnicos y empleados de la maquila, pues tanto los canadienses como los estadunidenses acordaron con sus respectivos gobiernos que los proyectos de alta tecnología y diseño se quedarían en sus países a cambio del rescate financiero del sector automotriz.
Por otra parte, el sector químico enfrenta problemas por falta de materias primas, cadenas de valor desintegradas y altos precios de los energéticos.
“México ocupa el segundo lugar como productor de petróleo crudo, pero posee una alta dependencia de productos petroquímicos del exterior. Más aún, las materias primas plásticas que se fabrican por empresas mexicanas van dirigidas en su mayoría a mercados demandantes de menor tecnología, es decir, el volumen se concentra en aplicaciones de poco valor agregado, señala Fernando Pérez Peralta”, del Centro Empresarial del Plástico en un análisis del sector publicado recientemente.
La Secretaría de Energía asegura que 75% de los insumos que utiliza el sector petroquímico viene del extranjero, y en gas natural, uno de los principales insumos, México depende en 33% de las importaciones.
La expectativa de una reforma energética, en la que se contempla una apertura total en el sector, la posibilidad de establecer alianzas con Pemex y la perspectiva de contar con los insumos mencionados y electricidad a precios más accesibles, abre una nueva perspectiva a las empresas que hoy todavía no han encontrado condiciones adecuadas para su operación.
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