domingo, 5 de enero de 2014

Hacia un capitalismo más humano y más compasivo


Señalado como el padre de la teoría económica y célebre por su metáfora de la "mano invisible" del mercado, el mayor interés de Adam Smith no era la economía, sino la ética. En su obra Teoría de los sentimientos morales se dedica a desmenuzar prolijamente las pasiones que nos hacen humanos.

Uno de los sentimientos abordados por Smith es la simpatía, en el sentido de compasión, ya que denota una relación más con el padecer, que con el placer de los demás. Según sostiene,es un sentir tan profundo e intenso que hace que lloremos, incluso, ante la representación imaginaria de una tragedia.

En gran medida, la ética de Adam Smith se basa en la compasión, es decir, esa capacidad innata de los seres humanos de "sentir como y con el otro", que condiciona nuestro accionar desde la proximidad del individuo que tenemos enfrente. Gracias a la compasión, cualquier persona equilibrada es capaz de discernir si lo que está a punto de hacerle al prójimo es un bien o un mal. Si los empresarios motores de la Revolución Industrial hubieran tenido en cuenta las enseñanzas de profesor de ética escocés, se hubiera evitado la crueldad con la que dirigieron sus negocios.

Lejos de perder vigencia, la compasión en la empresa adquiere un nuevo impulso a partir del pensamiento de uno de los gurús de las redes sociales: Jeff Weiner, CEO de LinkedIn. Según dijo en un artículo, de todos los principios del management que adoptó, el único que aspira convertir en principio de vida es el de gestionar compasivamente.

Según Weiner hay tres elementos que influenciaron su estilo de gestión: primero, el significado de compasión y su diferencia con empatía; luego, que la compasión puede ser aprendida; y, finalmente, que es esencial asociar la compasión con la sabiduría.

Aunque suelen usarse como sinónimos, a partir de los dichos del Dalai Lama, Weiner descubre cierta diferencia entre compasión y empatía. Si por el camino nos cruzáramos con una persona aplastada por una roca, una reacción empática sería sentir la misma sensación de opresión, lo que nos dejaría también inmóviles, sin posibilidad de ayudar. Por su parte, una reacción compasiva sería colocarse en los zapatos del otro para comprender cómo se siente, y así actuar para aliviar su peso. Es decir que la compasión sería una forma proactiva de empatía. Dice Weiner que la actitud compasiva, que aúna comprensión con colaboración, es invalorable en el trabajo, particularmente en situaciones tensas.

Cuando se refiere a la posibilidad de enseñar la compasión, Weiner recuerda una famosa experiencia realizada en una escuela primaria de un pueblo de blancos en Iowa en los 60 por la maestra Jean Elliot.

Durante una de sus clases, Elliot, segregó a los alumnos, dividiendo a los de ojos azules de los de ojos marrones, y los enfrentó alternativamente diciendo que unos eran mejores que los otros. Luego de dos días la maestra les reveló el engaño: ninguna persona es mejor que otra por el color de sus ojos . Una sensación de alivio cubrió a los niños, mientras aseguraban haber aprendido la lección. Años más tarde, los estudiantes se volvieron a reunir y confirmaron el imborrable aprendizaje que de la experiencia.

Para explicar el tercer elemento el CEO de Linkedin recurre a la secuencia de la ciencia, es decir, a la serie progresiva de datos, información, conocimiento y sabiduría.

Aunque hoy la información parece ser el centro, solo al ponerla en contexto se produce conocimiento y sabiduría, y con ello se genera el auténtico aprendizaje. Sin embargo, agrega que "la sabiduría sin compasión es despiadada, y la compasión sin sabiduría es un disparate". Por eso, sabiduría y compasión deben ir de la mano.

Aunque la Riqueza de las Naciones de Adam Smith hoy sería considerado un bestseller, las ideas morales del escocés no alcanzaron a influir mucho más allá de las paredes de la Universidad de Glasgow donde enseñaba.

Definitivamente,no pudieron evitar la crueldad de los empresarios del capitalismo originario de los siglos dieciocho y diecinueve.

Es de esperar que las redes sociales que Weiner contribuye a mejorar sirvan para que guías de conducta tan antiguas como la compasión y la sabiduría lleguen a los líderes de las empresas del siglo XXI. De arraigarse la idea del management compasivo,conoceremos en los años por venirversiones de un capitalismo mucho más humano..

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