Si bien es cierto que 2013 fue un año en que continuó la baja de los precios, también lo es que se trata solo de una corrección temporal dentro de un mercado alcista de largo plazo.
El año pasado terminó con toda clase de artículos y notas negativas respecto al oro y la plata, con frases como: “los otrora refugios financieros” o “el oro sufre peor caída en más de tres décadas”, etc., enfatizando una y otra vez lo “malo” que había sido 2013 para los metales preciosos monetarios.
En particular, sobre el primero, el rompimiento de su racha de 12 años consecutivos con cierre positivo fue incluso erróneamente anunciado como el inicio de un mercado bajista mayor, al estilo del que se vivió de 1980 a 2000. Falsos “especialistas” y “expertos” opinando en este sentido, abundan todavía en las pantallas y medios escritos.
No obstante, nada de esto debería sorprendernos. Los medios, sobre todo los especializados, viven de informar el día a día de los mercados, y en ello, reflejan el sentimiento y emociones momentáneas de los inversionistas. Les dan lo que piden.
Por eso se debe tener cuidado a la hora de buscar análisis serios, que tomen en cuenta no solo las bases técnicas, sino los fundamentos e indicadores poco conocidos pero indispensables, como los de la Base y la Cobase de la plata y el oro que aquí le presentamos en exclusiva en español.
Ellos en conjunto nos confirman que si bien es cierto que 2013 fue un año en que continuó la baja de los precios –iniciada por cierto en abril y septiembre de 2011, respectivamente, también lo es que se trata solo de una corrección temporal dentro de un mercado alcista de largo plazo.
El oro y la plata, no están muertos. Quien así los considere, comete una seria equivocación y desinforma al público.
En este sentido, aunque aún prevalezcan algunas presiones que podrían llevarnos a probar de nuevo los mínimos de 2013 (alrededor de 1,180 USD/oz. en el oro y 18.50 en la plata), o incluso romperlos en caso de una capitulación de las restantes “manos débiles” (nuevos inversores que apuestan a la especulación en papel, opuestos a los tradicionales de largo plazo que invierten en físico), lo cierto es que 2014 podría ser aquel en el que la tendencia alcista mayor sea retomada en forma definitiva.
La primera mitad de este año o hasta el tercer trimestre, las presiones aludidas podrían continuar.
Sin embargo, ya sea en el segundo semestre o bien durante el último cuarto de 2014, los precios del oro y la plata podrían volver con fuerza al alza.
Para el rey de los metales, el pilar que le dará sustento a su subida seguirá siendo el de la demanda de inversión.
Hoy los ojos de muchas personas están puestos solo en los mercados más “atractivos”, como algunos de bienes raíces y la mayoría de los bursátiles, que al encontrarse en fase de burbuja no han dejado de alcanzar nuevos máximos históricos.
Pese a ello, es de esperar que una vez que las “buenas noticias” y expectativas económicas en el mundo –sobre todo en Estados Unidos- se terminen, la tendencia alcista bursátil se revierta de forma muy marcada y los inversores comiencen de nuevo a regresar en masa a activos refugio, a los que hoy, ven como “innecesarios”. La fiesta en las bolsas no durará mucho tiempo.
Las preocupaciones sobre el crecimiento económico regresarán pronto. China, Japón, Europa y la propia Unión Americana jugarán de nueva cuenta los roles protagónicos.
Resulta curioso y paradójico pero, la gente casi siempre busca realizar las compras de cualquier cosa al mejor precio posible, y hacen bien. Regatean, esperan las ofertas de temporada en ropa, calzado, en fin, toda clase de mercancías y servicios. Pero cuando se trata de inversiones, es todo lo contrario.
A la mayoría de las personas no les gustan los activos baratos como ahora están el oro y la plata –a pesar de su menor riesgo justo por ello, y se dejan llevar por la luz deslumbrante de lo caro, de lo que “ha estado subiendo” y que por lo mismo, es más riesgoso. Es un sinsentido pero así sucede.
En el corto plazo de los mercados no manda la razón, sino las emociones: miedo y ambición.
Así pues, factores como las elecciones en Estados Unidos e India, en la que saldrán a relucir las verdaderas debilidades económicas como pretexto para buscar votos, podrían ser parte de los detonantes que den pie al aumento por parte del público inversor de las posiciones en oro y plata, y para reducirlas en los mercados bursátiles. Las emociones mandarán.
Asimismo, podemos esperar que la ya por sí enorme demanda de oro por parte de China, convertido en el mayor consumidor global, se incremente por dos causas: Primero, si los precios caen a nuevos mínimos, por obvias razones de búsqueda de gangas; segundo, muchos inversores chinos que se volvieron sensibles a los cambios en las cotizaciones y que han decidido esperar a que el mercado dé señales claras de que regresará al alza, volverán con todo.
Algunos de ellos que lamentaron haber comprado a niveles que en su momento parecían atractivos en abril pasado –por debajo de 1,400 dólares la onza, entrarán de nuevo cuando piensen que ha descendido suficiente. Otros, quizá la mayoría, terminará por volver una vez que observen una solidez al alza, ante el temor de que el precio se siga disparando y entren demasiado tarde.
La plata podría observar un comportamiento similar, aunque su doble condición de metal precioso e industrial, podría convertirse en un lastre por ahora. La demanda de inversión y joyería es sólida, pero de momento hay una demanda de la industria algo rezagada, que podría provocar que el ratio precio oro/precio plata suba o se mantenga alrededor de las cifras actuales (aprox. 60).
Eso sí, cabe aclarar que en el largo plazo, las expectativas para la plata son superiores a la del oro, a pesar de lo que pase en 2014.
En fin, el año que comienza quedará marcado como aquél en el que la dupla de metales preciosos monetarios, volvió por la revancha: la corrección llegará a su final.
Que nadie se sorprenda si aquellos que hoy los denuestan, acomodadizos como son, como por arte de magia los vemos más tarde lanzándoles vítores. Cuidado con ellos. Nunca cambiarán.
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