Sostuvo que dichos planteamientos son de carácter constitucional, pues ninguna contiene leyes secundarias que permitan saber cómo, a quién y en qué tiempo se otorgarán los contratos y las concesiones; posibilitando así la discusión y aprobación de un paquete congruente de instrumentos legales.
El especialista en derecho ambiental y en derecho económico de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) recordó que en el siglo XIX y hasta la expropiación petrolera en México existieron las concesiones para exploración y explotación en esta materia.
Mientras que en los años 50 se otorgaron contratos de inversión para dichas actividades y "fue fatal para México", resaltó en un comunicado.
Indicó que en esa década las compañías petroleras no sólo recuperaban su inversión, además se les pagaban honorarios por los servicios prestados y se les costeaba con parte de la producción petrolera, lo cual quedó prohibido por la reforma constitucional de 1960, y "volver al pasado no es modernizar".
El también académico subrayó que Petróleos Mexicanos (Pemex) se olvidó de invertir en investigación y desarrollo tecnológico y hoy que sus principales reservas se encuentran en aguas profundas del Golfo de México carece de la tecnología para llegar a ellas.
"Pemex no tiene tecnología para fracturar en el Golfo de México o para romper las formaciones rocosas donde se encuentra el shale gas y las empresas trasnacionales no se la van vender, ni a rentar, porque quieren entrar al negocio de los hidrocarburos como socios".
Resaltó que permitir los contratos de riesgo compartido "no es modernizar, pero sí es jugar bajo las reglas que las trasnacionales han impuesto a todos los gobiernos que tienen recursos petroleros".
González Márquez plantea una solución de inversión que excluye el capital de empresas extrajeras. "Los trabajadores mexicanos tienen acumulado en el Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR) cerca de dos billones de dólares que podrían usarse para invertir en el sector energético por medio de la compra de acciones".
Al tomar este camino, además de prescindir de los recursos económicos de las trasnacionales, los mexicanos verían en sus bolsillos los beneficios de la empresa petrolera más grande América Latina.
"Modernizar el sector energético es emprender políticas diferentes a las que ya practicamos en otros momentos. En lugar de entregar las ganancias de este negocio a empresas extrajeras, mejor se las entregamos a los trabajadores mexicanos", puntualizó.
Fuente: http://www.manufactura.mx
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