
En el documento "La voz del CCE", el líder empresarial estimó que de una dinámica de alrededor de 42 mil 700 millones de pesos anuales, se podría pasar a cerca de 128 mil millones de pesos.
"El impacto será sustantivo en el crecimiento económico y la generación de empleos, al tratarse de una industria con una tasa de crecimiento que llega a ser más de cuatro veces superior a la del conjunto de la economía", sostuvo.
El dirigente empresarial señaló que incluso el efecto podría ser superior a un punto porcentual adicional en el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB).
El sector de telecomunicaciones genera encadenamientos productivos amplios y consistentes, por su demanda intensiva de bienes y servicios de otras industrias, desde la proveeduría de insumos para su operación a la producción de contenidos o software.
Además, dijo, las telecomunicaciones, así como las tecnologías de información y comunicación se caracterizan por el efecto multiplicador de una infinidad de potenciales ramificaciones en sectores y negocios derivados, que aprovechan las redes e instrumentos a disposición de la innovación y el emprendimiento empresarial y social.
Expuso que los efectos positivos son extensivos para el resto de la economía en materia de competitividad, por las posibilidades que se abren para aumentar la productividad de empresas, trabajadores y profesionistas, en sus diversos procesos.
Las implicaciones son especialmente también en el sector de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Mipyme), donde la penetración de estas tecnologías es aún baja en términos relativos.
Reiteró que con la reforma se sientan además bases sólidas para la convergencia tecnológica y el aprovechamiento de las potencialidades que ofrece la digitalización, variables críticas para el progreso sostenible en la actualidad, como evolución económica y social en su más amplia concepción.
Por ello, la reforma debe redundar en más y mejores contenidos en los medios de información y comunicación, con una mayor pluralidad y gama de alternativas para el ejercicio de los derechos a la libertad de opinión, expresión e información.
De igual manera, tendrá que incidir para que se multipliquen los espacios y oportunidades para la participación ciudadana, difusión informativa, transparencia e innovación; para la cultura, educación, entretenimiento y comunicación eficaz de los mexicanos (voz, imagen y datos) dentro y fuera de nuestras fronteras.
Sostuvo que la reforma en materia de telecomunicaciones, radiodifusión y competencia que se ha logrado es un hito para México, que se ha conseguido con propuestas, aportaciones y participación de diversos sectores de la sociedad; con voluntad y disposición para el acuerdo de las fuerzas políticas; con la convicción de que podemos superar inercias, rezagos y diferencias, privilegiando las coincidencias.
Ahora, dijo, es tiempo de consolidar todo ello, por lo que exhortó a que el trabajo en las leyes secundarias se desarrolle con celeridad y sea un proceso en el que participen todos los sectores involucrados.
Y aunque esta fase resulta compleja y es estratégica para que el impacto buscado con la reforma, resulte viable y otorgue seguridad jurídica a todos los actores y empresas, se debe traducir en una poderosa sinergia de inversiones públicas, privadas y sociales. Con esta fórmula, habrá beneficios y oportunidades para todos los mexicanos.
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