martes, 21 de mayo de 2013

James “Jamie” Dimon el banquero favorito de Wall Street ante la justicia y los accionistas


James “Jamie” Dimon, el presidente y director ejecutivo de JPMorgan Chase, es uno de los banqueros más emblemáticos de Estados Unidos. En medio de la crisis financiera logró mantener la rentabilidad del negocio y fue de los pocos que defendió el honor de la industria ante las acusaciones en el Congreso contra la avaricia corporativa.

En 2011, durante un discurso de Ben Bernanke sobre la nueva regulación de la banca, sólo su voz se alzó desde el auditorio que escuchaba en silencio las reprimendas del presidente de la Fed, y denunció enérgicamente el costo que estas restricciones tendrían para la economía.
Hoy, sin embargo, su liderazgo está cuestionado. JPMorgan enfrenta investigaciones por manipulación del mercado energético, lavado de dinero, abusivas políticas de embargo hipotecario, hacer negocios con Bernard Madoff, y ocultar información en el caso de la “ballena de Londres”, el operador británico que perdió US$ 6.200 millones en apuestas con derivados en el mayor revés en la historia de la firma.
Una costosa rebelión

Pero Dimon afronta una amenaza más inminente. Una revuelta de los accionistas podría despojarlo en la junta de mañana de su cargo de presidente. Según cercanos a Dimon, ya habría advertido en privado que si pierde la votación dejará la institución, lo que podría tener serias consecuencias para JPMorgan. Mike Mayo, uno de los principales analistas del sector financiero de Nueva York, calcula que su salida podría hacer caer las acciones del banco en 10% y destruir de golpe US$ 20 mil millones en valor de mercado. En una reciente entrevista con Bloomberg, Ken Langone, el multimillonario fundador de Home Depot que tiene varios millones invertidos en la compañía, reconoció estar “aterrorizado” de que su salida provoque un derrumbe de las acciones.
Los temores de Langone están justificados. A pesar de sus numerosos conflictos con las autoridades, Dimon ha sido clave para el desempeño del banco en los últimos años. En 2011 JPMorgan desplazó a Bank of America como el mayor banco de Estados Unidos por activos. Y el año pasado registró ganancias récord por US$ 21.300 millones.
“Que me condenen”

Para sus aliados, el éxito comercial es suficiente como para compensar los últimos traspiés que ha sufrido su administración. Pero también sería una de las razones por las cuales Dimon ha aparecido con una actitud tan arrogante frente a sus críticos, negándose a hacer un mea culpa por los últimos escándalos. “Tuvimos ganancias récord el año pasado”, proclamó ante un auditorio lleno de analistas en febrero de 2012. “Tuvimos ganancias récord el año anterior, y que me condenen si no tenemos ganancias récord durante algunos años más”, exclamó desafiante.
Como el ejecutivo más poderoso en el mayor banco de Estados Unidos, Dimon no sólo dirige una planilla de 256 mil trabajadores, sino que además está a cargo de activos por US$ 2,4 billones (millones de millones), más que los ministros de Finanzas de la mayoría de los países del mundo.
Pero algunos sostienen que el sistema financiero ha cambiado desde la crisis de 2008 y que hoy los buenos resultados en los balances ya no son suficientes como para justificar cualquier cosa.
Los accionistas votarán por separar los cargos de presidente y director ejecutivo, pero la moción no tiene tanto que ver con un ajuste administrativo, sino con un cuestionamiento al desproporcionado peso que ha adquirido la figura del banquero.
La junta de Goldman Sachs
JPMorgan no es el único banco de Wall Street que tendrá una reunión agitada con sus accionistas este año. Goldman Sachs, otro de los grandes bancos de Nueva York, realizará su junta el jueves, donde se votará la reelección del directorio y el millonario plan de compensaciones para los ejecutivos.
En representación de un grupo de accionistas, la consultora Glass Lewis & Co. ha criticado las “deficientes” prácticas de remuneraciones de la compañía y adelantó que votará en contra de la reelección de James Johnson, el director en servicios más antiguo de Goldman y presidente del comité de remuneraciones del banco desde que se abrió a bolsa en 1999.
Por su parte, en una carta abierta a los accionistas, la firma de inversiones de Nueva York, Ruane, Cunniff & Goldfarb, que gestiona US$ 15 mil millones en Nueva York, cuestionó el papel de Johnson en una “escandalosa debacle de gobierno corporativo”.  Uno de sus socios, William Ruane, está vinculado al influyente gurú de las finanzas Warren Buffett.

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