Estas son las conclusiones de varios expertos que participaron en el Foro Económico Internacional América Latina y Caribe organizado por el ministerio de Economía y Finanzas de Francia, la OCDE y el BID, este viernes en París.
Nadie tiene la menor duda de que que las Pymes son fundamentales para el sistema productivo de la región, como lo demuestra el hecho de que representan el 99% de las empresas y emplean al 67% de los trabajadores, pero sólo suponen el 28% del Producto Interno Bruto (PIB) de la región frente al 60% de la media de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
La productividad de las grandes empresas latinoamericanas es 33 veces mayor que la de las pequeñas, mientras que la diferencia media en los países de la OCDE es de 2,4 veces.
“La brecha de productividad es tremenda”, dijo Ignacio Lacasta, director de negocios para Sudamérica del Banco de Bilbao Vizcaya español muy implantado en la región.
Sin embargo, no todos los expertos están de acuerdo en que el problema de esta baja productividad se deba únicamente a la falta de financiación, pues otro factor decisivo es que buena parte opera en la economía informal.
Es cierto que el crédito no abunda, según datos presentados en el foro. En una región con una tasa de ahorro parecida a la del África subsahariana y muy inferior a la asiática, sólo el 15% de los préstamos bancarios van a parar a las Pymes, frente a más de un 22-23% en Asia y casi un 30% en los países de la OCDE.
En relación al PIB, el volumen del crédito en América Latina es uno de los más bajos dada la estructura de financiación de los bancos de la región, recordó este banquero.
El reto de la informalidad
Provocador, para el economista jefe del BID, José Juan Ruiz, aunque el consenso es que la falta de financiación es un limitante para el crecimiento, quizá no sea totalmente cierto.
Esta partida nunca ha superado el 20% de los balances del sistema financiero latinoamericano, y en cambio, los créditos al consumo han pasado en las dos últimas décadas de menos del 10% al 35%.
Y la pregunta que hay que hacerse, dijo, es por qué ha sido así.
Ruiz sugirió que quizá se deba a que el 85% de las Pymes son microempresas, que emplean a menos de cinco personas y operan en la mayoría de los casos en el sector informal.
Y eso significa, que la productividad es muy inferior que si operaran en el sector formal: no tienen incentivo en capacitar al personal, éste cambia a menudo y no hay acceso a la financiación y el ahorro que generan no llega a los bancos, sin contar que el nivel de “mortandad” es mucho mayor.
“Mientras no entendamos bien qué significa este ahorro informal y esta informalidad dentro de la economía muy difícilmente le vamos a dar una respuesta satisfactoria al problema”, zanjó.
En un proceso de mejora del sistema productivo, no todas las Pymes podrían sobrevivir, recordó Jacques Rogozinski, director general de NANFINSA, el banco de desarrollo mexicano, por lo que se impone “un estudio minucioso antes de tomar cualquier decisión”.
En resumidas cuentas, “el reto de Latinoamérica es ser más productivo y no tener más o menos empresas”, dijo Ruiz.
Y todo ello, para poder insertarse en la economía mundial, recordó el viceministro de Comercio, Gabriel André Duque, porque es la “única forma responsable de poder crecer”.
Fuente: Bancaynegocios
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