“La enfermedad de nuestro Comandante Supremo y su lamentable fallecimiento, automáticamente perturba, y nos perturba la economía. Los indicadores no están como nosotros los queríamos”, dijo la recién designada Edmée Betancourt a la salida de un encuentro con empresas exportadoras.
Desde que llegó a la presidencia, Nicolás Maduro ha tenido que lidiar con una sequía de dólares que trastocó las vitales importaciones y generó una creciente escasez de bienes en un entorno de alta inflación tras la masiva devaluación del bolívar en febrero.
Los analistas consideran que los férreos controles de cambio y precios que mantiene el Gobierno socialista desde hace una década han distorsionado la economía, pero el Ejecutivo asegura que la desaparición de Chávez desató una “guerra económica” contra de Maduro.
La oposición sigue sin reconocer la estrecha victoria de Maduro por 1,5 puntos en los comicios de abril, tras el fallecimiento de Chávez luego de dos años de batalla contra un cáncer.
Se espera que en los próximos días el Banco Central presente cifras de crecimiento del primer trimestre, pero ya las autoridades financieras han advertido que no esperan una expansión tan robusta como la de periodos anteriores.
“Sí, lo reconocemos, tenemos perturbaciones en la economía, pero estamos actuando de manera sistémica para poder resolver y de verdad, estamos resolviendo”, agregó la funcionaria, que viene de liderar el Ministerio de Comercio.
En el 2012, Venezuela creció un 5,6 por ciento apoyada por los altos precios petroleros que permitieron un robusto gasto público y un aumento de liquidez en términos reales que activó sectores primordiales para el Producto Interno Bruto (PIB), como construcción, comercio, transporte y banca y finanzas.
INESTABILIDAD POLÍTICA
Según un sondeo Conindustria, la mayor confederación industrial privada de Venezuela, el principal factor que ha impedido un aumento de su producción ha sido la incertidumbre política, seguida por la falta de divisas y su repercusión en el abastecimiento de materias primas.
Los jefes empresariales consultados en el estudio dijeron que sus ventas y producción cayeron en el primer trimestre a niveles cercanos al 2008, cuando Venezuela sufrió el contagió de la crisis financiera global que derrumbó drásticamente los precios del crudo.
El Gobierno ha puesto en práctica un plan para agilizar la entrega de divisas al tipo de cambio controlado de 6,3 bolívares por dólar para unas 3.000 empresas que alegaban retrasos de hasta de 8 meses para pagar sus importaciones, claves para la producción local y el comercio de bienes terminados.
El ministro de Finanzas, Nelson Merentes, dijo el jueves que ya estaban cercanos a resolver las asignaciones de un 70 por ciento de las empresas, con lo que esperan atenuar el desabastecimiento en rubros básicos como alimentos, repuestos, medicinas y hasta papel higiénico.
En paralelo, se ha iniciado una ronda de mesas de trabajo con sectores importadores y exportadores para mitigar cuellos de botella aduanales, reclamos laborales y trabas burocráticas derivadas del control de cambio.
Merentes adelantó que aún se trabaja en la metodología del Sistema Complementario de Administración de Divisas (Sicad), pero que aún no hay un tiempo determinado para la reactivación del mecanismo, que en su primera subasta vendió 200 millones de dólares a un precio promedio que duplicó la cotización oficial.
“Tenemos nuestras divisas, pero debemos racionalizarlas”, señaló Betancourt.
Fuente: Banca y negocios.
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