Con divertidos videos que se viralizan en YouTube, esta empresa da a las marcas un nuevo canal de comunicación.
Aunque el mundo digital tenía un sentido comercial en México desde 2006, fue hasta hasta 2009 cuando comenzaron a surgir conceptos integrales de experiencias de comunicación en Internet más allá de las páginas Web, los blogs o los foros y chats especializados.
Moisés Aisemberg y Marcos Bucay, creadores de La Gran Royal –empresa mexicana de mercadotecnia digital dedicada a la creación y producción de contenido audiovisual en tono de comedia exclusivo para plataformas Web–, encontraron en las redes sociales un nicho que les ha permitido dar una lección de negocios a los emprendedores –digitales y no digitales–: la creatividad es la mejor herramienta para triunfar en social media, y el humor el argumento más “viral”.
Su aventura en búsqueda de la independencia económica comenzó hace cuatro años, mientras Marcos trabajaba para una agencia publicitaria y Moisés aún estudiaba la licenciatura. “Ambos cursamos la carrera de Comunicación en la Universidad Iberoamericana”, recuerda Marcos. El primer proyecto en el que colaboraron fue el video Free Jolito, elaborado para elconcurso “Migración: una experiencia bicultural”, que lanzaron la Universidad Iberoamericana y SouthWest Alternate Media Project en el año 2008. El cortometraje ganó varios premios a nivel mundial.
A partir de ahí surgió la idea de desarrollar comedia exclusiva para Internet. De mediados de 2009 a la fecha, La Gran Royal ha consolidado su veta humorística. A la fecha, el canal de YouTube de La Gran Royal sumaba más de 7.8 millones de reproducciones de video y 62, 558 suscriptores, así como 45 millones de reproducciones en su nuevo canal: NuevOn.
Su dupla de videos exitosos, Acapulco Dreamers y Quiero ir al antro, supera las 20 millones de reproducciones. Y entre sus clientes, ya presumen cuentas como Vicky Form, Plaza de la Tecnología y algunas pequeñas empresas, como Bisonte Bar. Sus personajes –Chip Torres, Habibi Gaytán, Fer y Santi– ya forman parte de una cultura colectiva en medios digitales o de nichos.
“Las Pymes tienen que entender que si una producción cuesta en cualquier medio, en Internet vale más la creatividad. Ahí, el tamaño (de la billetera) no importa y los resultados pueden ser sorprendentes a largo plazo con una inversión razonable”, sentencia Marcos.
Experiencia de compra. Corresponde a la forma de pago, al momento de interactuar con el producto en el anaquel, o bien, durante la adquisición de un servicio (por ejemplo, comprar boletos en la página de Facebook de una cadena de cines).
Experiencia de consumo. Cuanto envuelve al proceso de utilización del producto o servicio (por ejemplo, si una lata de refresco te invita a una dinámica en Facebook o Twitter).
Experiencia de uso. Es el acto mismo de emplear el producto exactamente para lo que fue concebido. Cómo cubre una necesidad es la experiencia que se vende como su mejor diferenciador. Se trata de la experiencia con el producto al momento de ser utilizado (por ejemplo, el canal de YouTube de La Gran Royal).
“Por lo común, la manera de hacer negocios con las redes sociales se reduce al buen empleo del marketing y la experiencia de compra y de consumo por parte del cliente, pero no a la de uso”, explica Moisés Aisemberg. “Nosotros en cambio nos enfocamos en aprovechar la rutina de las redes sociales y los videos con contenido amigable y de consumo gratuito”.
Marcos agrega: “nuestro diferenciador es el humor, la capacidad de entregar un contenido que coloca a las marcas en el público que conseguimos al paso de los años, y al mismo tiempo, consolida nuestro trabajo en la comedia y la mercadotecnia”.
Los emprendedores mexicanos, ya como creadores o usuarios de las plataformas sociales, se han concentrado en generar contenido inteligente y creativo. “Un error que deben evitar tanto productores como empresarios es elaborar pautas de video para Internet como si fueran para televisión”, agrega Moisés. “Internet es un medio que se asemeja al trato directo: inmediato, simultáneo, democrático, popular y de ‘boca en boca’. Nada es unilateral”.
Para estos emprendedores, la razón de que su trabajo tuviera un gran impacto desde el inicio se resume en concebir la Web como una herramienta de diálogo con usuarios que bien podrían ser sus amigos, compañeros de escuela o conocidos. “Y justo así debe de ver el empresario a los consumidores que desea integrar a su comunidad en línea: como a un grupo de amigos con los que desea comunicarse constantemente”, concluye Moisés.
Moisés Aisemberg y Marcos Bucay, creadores de La Gran Royal –empresa mexicana de mercadotecnia digital dedicada a la creación y producción de contenido audiovisual en tono de comedia exclusivo para plataformas Web–, encontraron en las redes sociales un nicho que les ha permitido dar una lección de negocios a los emprendedores –digitales y no digitales–: la creatividad es la mejor herramienta para triunfar en social media, y el humor el argumento más “viral”.
Su aventura en búsqueda de la independencia económica comenzó hace cuatro años, mientras Marcos trabajaba para una agencia publicitaria y Moisés aún estudiaba la licenciatura. “Ambos cursamos la carrera de Comunicación en la Universidad Iberoamericana”, recuerda Marcos. El primer proyecto en el que colaboraron fue el video Free Jolito, elaborado para elconcurso “Migración: una experiencia bicultural”, que lanzaron la Universidad Iberoamericana y SouthWest Alternate Media Project en el año 2008. El cortometraje ganó varios premios a nivel mundial.
A partir de ahí surgió la idea de desarrollar comedia exclusiva para Internet. De mediados de 2009 a la fecha, La Gran Royal ha consolidado su veta humorística. A la fecha, el canal de YouTube de La Gran Royal sumaba más de 7.8 millones de reproducciones de video y 62, 558 suscriptores, así como 45 millones de reproducciones en su nuevo canal: NuevOn.
Su dupla de videos exitosos, Acapulco Dreamers y Quiero ir al antro, supera las 20 millones de reproducciones. Y entre sus clientes, ya presumen cuentas como Vicky Form, Plaza de la Tecnología y algunas pequeñas empresas, como Bisonte Bar. Sus personajes –Chip Torres, Habibi Gaytán, Fer y Santi– ya forman parte de una cultura colectiva en medios digitales o de nichos.
“Las Pymes tienen que entender que si una producción cuesta en cualquier medio, en Internet vale más la creatividad. Ahí, el tamaño (de la billetera) no importa y los resultados pueden ser sorprendentes a largo plazo con una inversión razonable”, sentencia Marcos.
Un trato directo con el cliente
Para la consultora de inteligencia comercial y de consumo Kantar Worldpanel, existen tres experiencias que definen la relación producto/servicio-cliente.Experiencia de compra. Corresponde a la forma de pago, al momento de interactuar con el producto en el anaquel, o bien, durante la adquisición de un servicio (por ejemplo, comprar boletos en la página de Facebook de una cadena de cines).
Experiencia de consumo. Cuanto envuelve al proceso de utilización del producto o servicio (por ejemplo, si una lata de refresco te invita a una dinámica en Facebook o Twitter).
Experiencia de uso. Es el acto mismo de emplear el producto exactamente para lo que fue concebido. Cómo cubre una necesidad es la experiencia que se vende como su mejor diferenciador. Se trata de la experiencia con el producto al momento de ser utilizado (por ejemplo, el canal de YouTube de La Gran Royal).
“Por lo común, la manera de hacer negocios con las redes sociales se reduce al buen empleo del marketing y la experiencia de compra y de consumo por parte del cliente, pero no a la de uso”, explica Moisés Aisemberg. “Nosotros en cambio nos enfocamos en aprovechar la rutina de las redes sociales y los videos con contenido amigable y de consumo gratuito”.
Marcos agrega: “nuestro diferenciador es el humor, la capacidad de entregar un contenido que coloca a las marcas en el público que conseguimos al paso de los años, y al mismo tiempo, consolida nuestro trabajo en la comedia y la mercadotecnia”.
Los emprendedores mexicanos, ya como creadores o usuarios de las plataformas sociales, se han concentrado en generar contenido inteligente y creativo. “Un error que deben evitar tanto productores como empresarios es elaborar pautas de video para Internet como si fueran para televisión”, agrega Moisés. “Internet es un medio que se asemeja al trato directo: inmediato, simultáneo, democrático, popular y de ‘boca en boca’. Nada es unilateral”.
Para estos emprendedores, la razón de que su trabajo tuviera un gran impacto desde el inicio se resume en concebir la Web como una herramienta de diálogo con usuarios que bien podrían ser sus amigos, compañeros de escuela o conocidos. “Y justo así debe de ver el empresario a los consumidores que desea integrar a su comunidad en línea: como a un grupo de amigos con los que desea comunicarse constantemente”, concluye Moisés.
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