FUENTE DE: http://zonadeemprendedores.bligoo.com.mx
Alessandro Alessi es un italiano radicado en México, que tiene una fábrica de bicicletas y es amante de la Fórmula Uno, por supuesto de Ferrari, como todo buen italiano. Hay quienes dicen que cuando uno es un apasionado de su trabajo, no deja nunca de pensar en relación a él. Y eso es lo que le pasó a Alessandro.
Luego de varias tratativas, logró una entrevista con un directivo de la empresa, en Italia, y le presentó el proyecto. A la gente de la marca del Cavallino Rampante no le pareció nada alocada la idea, y le pidieron la realización de prototipos que respetaran el alto diseño y la calidad asociada a Ferrari. “Salí de aquella reunión sabiendo que el desafío era difícil pero no imposible”, cuenta Alessi, que lleva 50 años en el ramo de las bicicletas.
Así fue como retornó a México y se pasó días y noches enteros, junto a los diseñadores de su empresa, armando los planos y maquetas para mandar a Italia. “Sólo para realizar los prototipos se hizo una inversión muy grande en dinero y en tiempo, pero había que tomar ese riesgo si queríamos hacer crecer a la empresa”, recuerda el hombre.
Para colmo, el mercado de bicicletas estaba con tendencia de precios a la baja, porque a nadie se le ocurría que este bien podría ser considerado un bien de lujo, como pretendía el proyecto. Además, la competencia de las bicicletas importadas de China, ponía en riesgo el negocio si no se le buscaba una vuelta de tuerca.
El riesgo, la creatividad y el sueño de un fanático de Ferrari lograron que la empresa italiana le aprobara los prototipos dos meses más tarde, y un tiempo después, Alessi estaba presentando las bicicletas rojas con el caballito en siete modelos distintos para todas las edades. Hoy ya tiene la licencia para las bicicletas y tiene distribuidores en Europa, Península Arábiga y Asia, que incluye a China, Taiwán, Japón y Corea, donde calculan vender unas 11,000 bicicletas en el año.
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