miércoles, 24 de octubre de 2012

Emprendedora: Mónica Segura, fundadora de Biokhonos


Cuando alguien se pone a pensar en un negocio, muchas veces cree que ya todo está inventado. Seguramente aún queden muchas cosas por inventar, pero la ocurrencia de algo absolutamente novedoso no es un requisito elemental para hacer un buen negocio. Puede pasar que, dentro de un producto que cubre determinado mercado, lo que surge es la visión de un nicho de ese mercado que no se encuentra satisfecho con ese producto o servicio. Se trata de buscar nichos, dentro de lo ya existente.
Eso fue en lo que pensó Mónica Segura cuando arrancó con su línea de cosméticos Biokhonos. “Yo veía que las grandes distribuidoras de cosméticos se enfocaban en lo popular, en el público masivo, pero faltaba algo dirigido a un sector más elitista del mercado”, cuenta Mónica.
Para llegar a un público de mayor nivel, había que asegurarse primero de que el producto que se iba a ofrecer era de la mejor calidad. Una vez conseguida esa certeza, la siguiente decisión de venta fue ofrecer a las mujeres probar la nueva línea de forma gratuita para que puedan compararla con las de la competencia.

El paso siguiente era buscar los canales adecuados de distribución, dentro de un mercado copado por empresas suizas, francesas, estadounidenses y otras. Luego de analizar varias posibilidades y teniendo en cuenta el público al que querían llegar, Biokhonos comenzó a distribuirse a través de cirujanos estéticos, spas, centros de masaje y cosmetólogas.
Fue tan exitoso el plan de promoción y venta, que en poco tiempo la empresa se encontró con un exceso de demanda, y falta de posibilidades técnicas para contrarrestarla. “Queremos crecer con paso firme para evitar así en menor medida los errores. El siguiente escalón es la exportación y estamos muy cerca de lograrlo”, explica Mónica mirando al futuro cercano.
Fuente: Mujer emprendedora

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