No estamos en condiciones de afirmar que la capa del joven mago sea una realidad, pero los científicos creen que tiene mucho potencial.
La idea de una capa que nos haga invisibles ha estado presente en la humanidad desde hace siglos. Gracias a la ciencia, hoy estamos un paso más cerca.
Según un informe publicado en la revista New Journal of Physics, investigadores de la Universidad de Texas han desarrollado un manto de invisibilidad, un material que “desaparece” objetos al envolverlos, aunque el efecto por ahora es limitado.
En el experimento, los científicos colocaron el material alrededor de un cilindro de 30 centímetros de altura por 3 centímetros de ancho. Los detectores de microondas de luz ya no podían “verlo”, aunque permanecía visible para el ojo humano.
Pero según los investigadores, el mismo principio podría ser trasladado a rangos de ondas más amplias.
Los científicos creen que su trabajo podría resultar útil en nanotecnología al permitir que la luz atraviese objetos microscópicos que de otra forma la bloquearían. Según los investigadores, el descubrimiento podría generar avances en los campos de la óptica especializada y la biotecnología.
No se trata de la primera vez que un objeto se ha hecho “invisible”, pero los métodos anteriores han sido siempre muy engorrosos y han utilizado maquinaria pesada e incómoda.
Pero esta capa está hecha de un material fino y maniobrable que puede ser aplicado a varias superficies, incluso aquellas irregulares, según se desprende del informe.
Está construido a partir de una combinación de una cinta de cobre y policarbonato, un material utilizado en discos compactos y de DVD. El producto final tiene un estampado minúsculo que neutraliza las ondas que rebotan en él.
Nuestra vista responde a la luz que refleja en los objetos y llega a nuestros ojos. La luz tiene propiedades que pueden ser manipuladas y por eso algunos objetos pueden volverse invisibles. David Copperfield, por ejemplo, utiliza espejos para “desaparecer” objetos.
La luz también se refracta cuando pasa por un prisma, resultando en la paleta de colores que observamos en los arcoíris. También se inclina a causa de la gravedad.
Intentos previos por lograr la invisibilidad buscaron que la luz se incline o refleje alrededor del objeto que se intenta desaparecer. El manto de invisibilidad propone un nuevo enfoque. La luz es una onda que puede ser trastornada, y precisamente eso es lo que hace el manto.
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