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Seguramente todos conocen a Lionel Messi, Juan Román Riquelme, Hernán Crespo y las decenas de grandes figuras futboleras que andan por el mundo con contratos millonarios y flashes encima todo el tiempo. Pero el fútbol también tiene otro costado. Un costado más humilde, más modesto, menos conocido, pero también redituable con un poco de ingenio e imaginación. Eso fue lo que tuvo Enrique Amarante cuando se le ocurrió fundar El Potrero, un sitio web que se dedica a comercializar futbolistas sin renombre a clubes de países exóticos, en general asiáticos.
“La idea surgió cuando leí un aviso clasificado en donde un club de Bolivia estaba buscando a un futbolista argentino. Entonces vi el potencial de un mercado de más de 30 mil clubes en los 200 países afiliados a la FIFA”, relata Amarante al explicar la génesis de su negocio.
ElPotrero.com recluta jugadores amateurs de Argentina y los ofrece a clubes de países con poca tradición futbolera pero mucho dinero, como Brunei, China, Malasia, Vietnam, Guinea Ecuatorial o Arabia Saudita. La empresa de Amarante se queda con un 10 o un 15 por ciento de los contratos que firman los jugadores, que en general son en euros o en dólares.
En su página web, hay una base de datos con 1200 futbolistas ofrecidos y unos 50 entrenadores, todos reclutados de clubes del interior del país. Se trata de jugadores que no tienen la posibilidad de triunfar en el fútbol grande, pero que pueden vivir del fútbol en otros sitios, donde ningún otro empresario argentino se había metido.
“Yo no trabajo con las grandes figuras porque ellos tienen sus representantes y en ese ámbito no es fácil entrar”, asegura Amarante, quien ya amplió su negocio a escuelas de fútbol y cursos a distancia para ser director técnico. Y todo por un aviso clasificado…
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